Me resulta muy molesta, por decirlo de alguna manera, la gente que en un transporte público viaja sentada y al momento de llegar a la terminal pretende bajar primero que quiénes están parados.
¿Por qué nos acostumbramos a los malos hábitos, o a la mala educación?
Reconozco, que este comportamiento está tan naturalizado que incluso, en mi ansiedad por llegar rápido a algún lugar, me he sumado a la estampida. Y si, es difícil que el ambiente no nos condicione, al menos un poco.
Pero siempre trato de tomarme un instante y reflexionar. Es muy simple: ¿Me gusta que me lo hagan? -No, obviamente. Así que: ¿Por qué se lo haría a otro?
Y esta pregunta puede tener, dependiendo de a quien se la hagas, innumerables respuestas. No obstante, me quedo con tres (un cliché, 3):
- Soy muy distraído.
- Soy muy mal educado.
- No me importa el otro, soy un hijo de puta.
Como en la mayoría de los casos que me encuentro en el día a día, me inclino por la tercera, aunque desearía que fuera la primera, pero seguramente la respuesta más lógica sería la segunda.
¿Algún día seremos una mejor sociedad?